
El exceso de iluminación natural en los museos o exposiciones de arte debe mitigarse principalmente por cuestiones de conservación, de manera que deben evitarse los reflejos de cualquier tipo y así mismo se ofrezca más comodidad al visitante. A la hora de planificar y organizar los espacios dentro de un museo, generalmente se utilizan filtros en las ventanas a partir de los diseños arquitectónicos involucrados, lo que combina ambos aspectos y logra un óptimo resultado.
En algunos casos se puede combinar la luz natural con dos tipos de iluminación, por un lado se puede mencionar el baño de luz a la pared y la incidencia de luz dirigida. Con estos tipos de iluminación se pueden resaltar los colores o las formas de las obras, y en algunos casos incluso se puede eliminar alguna sombra de un marco muy voluminoso. Esté es uno de los servicios más importantes que se brindan en espacios dedicados al arte, teniendo igual o más importancia que las obras a presentar, de la misma forma que el mantenimiento eléctrico y la seguridad y entre otros.
La iluminación debe adaptarse a los distintos tamaños de las obras, alturas de colgados, etc. En muchos casos se utilizan carriles o rieles electrificados a cierta distancia de la pared, permitiendo un movimiento sencillo de los focos. Además se incluyen viseras que evitan el deslumbramiento en los objetos. Al hablar de iluminación en museos o espacios dedicados al arte, se pueden mencionar varios tipos:
La iluminación ambiental es una iluminación general, difusa, de baja magnitud, que puede tener bañadores de pared, cuyo uso evita el deslumbramiento excesivo y directo entre la fuente de luz y el fondo, creando un ambiente de confort ideal, que invita a los visitantes a admirar las diferentes piezas.
La iluminación de relieve es la que permite el reconocimiento tridimensional de los objetos, es decir, que permite el uso de las sombras producidas por las mismas luces para resaltar las profundidades de las obras. La iluminación de énfasis es muy localizada, utilizada especialmente para potenciar ciertos objetos o puntos concretos. En éste último caso, se utilizan diferentes protectores y fibra óptica.
Se debe recordar que todas estas fuentes de luz o focos, emiten calor y pueden alcanzar altas temperaturas, por lo que deben estar alejadas lo más posible de los objetos para evitar daños en los mismos. Para las vitrinas se utilizan focos de luz fría, leds y se enfoca la iluminación desde arriba.
La luz también nos permite una visión clara de los colores, los cuales se ha podido comprobar que tienen diferentes efectos en los espectadores, bien sean calmantes o estimulantes. Así mismo, la iluminación varía la percepción de los visitantes, elevando a una categoría superior toda la experiencia. Para los especialistas en decoración y planificación, es aconsejable combinar la luz natural con iluminación general, además de una iluminación de acento que permita resaltar aspectos puntuales. A la hora de reproducir el color original en las obras de arte, se habla de la temperatura del color en la iluminación, esta se asemeja a la luz del día, evitando lámparas que sean muy cálidas o frías que degraden la obra.